Son antifaces de papel antiguos, de búho y mariposa, con dibujos bonitos y colores suaves (quizá por el paso del tiempo); nada que ver con los que venden hoy día en las tiendas de disfraces.
A la salida del mercadillo habían montado otro diferente con productos de la zona, así que aprovechamos para comprar un queso de cabra, pan integral, rabanitos y habas de cultivo ecológico.
Qué me gusta un ecobodegón
Esta semana, en la que yo tenía toda la intención de adelantar trabajo pendiente a la velocidad de la luz, ha ido todo más lento porque mi resfriado sufrió una mutación y ya no era persona. Al final fui al médico, un poco a regañadientes, y parece que el jarabe me está devolviendo la dignidad poco a poco.
Mañana empieza junio, ¡junio! Necesito un poco de espíritu veraniego, y dormir más, ¡qué poco duermo! Creo que nunca me acostumbraré a acostarme temprano. Esta noche lo intento otra vez.
¡Que empecéis bien el viernes!